Microcréditos

Esta nota de la fecha de Clarín es una muestra mas del emprendedurismo en Argentina.
En Cre-In® tenemos la suerte de conocer a una de las primeras precursoras en este tipo de Bancos en Misiones, quien nos ha contratado varias veces para hacer talleres creativos entre las mujeres emprendedoras de distintos lugares de la provincia.
Les recomendamos leer las notas sobre cada experiencia en: http://www.clarin.com/diario/2010/05/03/sociedad/s-02190470.htm
Aquí la primera parte:

Microcréditos: un banco ya prestó un millón de dólares
El Grameen Bank, creado por el premio Nobel Muhammad Yunus, lleva 10 años en la Argentina. Sin garantías, otorga préstamos a devolver en cuotas mínimas. El 90% de quienes los piden son mujeres. Se beneficiaron 6.000 familias en todo el país.
Por: Mariana Iglesias

Suena extraño, pero existe. Hay un banco que otorga créditos para financiar microemprendimientos sin pedir garantías a cambio. Sólo requiere un compromiso moral. Y la gente responde. De tal manera lo hace que el Grameen Bank -también conocido como "el banco de los pobres"- no deja de expandirse y crecer. Nació en Bangladesh en 1976 y enseguida se instaló en todo el mundo. En Argentina, donde lleva diez años, ya entregó un millón de dólares a 6.000 familias.
El creador del banco, el economista bengalí Muhammad Yunus, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2006 "por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo". El sistema es simple: se otorga una pequeña suma que debe devolverse semanalmente durante un año, es decir, se pagan unas 50 cuotas con un interés que es prácticamente irrisorio. O se puede cancelar en 25 cuotas, pedir otro, y así.
"La mayoría renueva el crédito para seguir progresando", explica Norberto Kleiman, presidente de Grameen Argentina (
www.grameenarg.org.ar). En general, se empieza pidiendo 500 pesos, y lo que se devuelve semanalmente no llega ni a 10. "El sistema funciona porque el 90% de los que piden créditos son mujeres", admite Kleiman. Cuenta que el dinero funciona como "zanahoria", un anzuelo para que la gente se acerque. "Buscamos que cambien su actitud. Y ocurre, porque el trabajo sube la autoestima. Son personas con ideas y ganas, que no quieren que se les regale nada, simplemente necesitan contención". Para eso están las reuniones semanales de los distintos grupos. Se llaman réplicas. Están en todo el país.

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